Las aves danzan en el aire mientras buscan restos de los desechos que han arrojado los pescadores al mar; en el Puerto de Cartagena, sobresalen los barcos y botes que yacen estáticos al finalizar la tarde. Algunos pescadores terminan la jornada arreglando sus redes. Tejer y esperar a que llegue el anochecer, para comenzar de nuevo, al otro día, a un nuevo amanecer.